No es tan fiera la LEÓN
como la puedan pintar,
basta tan sólo escuchar
cómo ruge una canción
para verle el corazón
asomado a la garganta,
y es que cuando Antonia canta
canta la misma pasión.
Y ya sea un son sabrosón
o el melancólico fado
que canta por triplicado
o un bolero besucón.
Ya sea un tango peleón
o una elegante habanera
o emulando a la Pradera
un recrujir de almidón,
ya quisiera el Orfeón
lleno de voces primeras,
tener la voz de PANTERA
que tiene Antonia LEÓN.
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