Por
si acaso me escucharas
(Día de la Madre 2022) |
Mamá, con cuánta
ternura
me acuerdo de aquella etapa
que me quedaba contigo
una noche por semana.
Te visitaba a diario,
pues cada día me ocupaba
-junto con tus cuidadoras-
de que nada te faltara.
Pero la noche del jueves
era nuestra noche mágica,
la que ambos esperábamos
con ilusión que llegara.
Porque el jueves por la
noche
veíamos en compaña
el Cuéntame por la tele
con emoción y nostalgia.
Pues contemplar esa serie
era ver en la pantalla
la que fuera nuestra vida
cuando todo estaba en calma.
Y tenía nuestra
familia
sueños, salud y esperanza,
y aún nos sentíamos a salvo
del infortunio y la parca.
Y a cuento del Cuéntame
y de lo que nos contaba,
nos contábamos los dos
entrañables remembranzas.
Y tras tu medicación
de la noche te acostaba,
y al darte las buenas noches
con arrobo te arropaba.
Luego trasnochaba un poco
y al rato me iba a la cama
en la que el papa dormía
cuando aún vivía y te cuidaba.
Mientras aguardaba el sueño
a mi lado te escuchaba
respirar plácidamente
dormidita en la otra cama.
Recuerdo en esos momentos
que te miraba y pensaba
que yo ya no era tu hijo
y tú mi madre adorada.
Se habían vuelto
las tornas
como por arte de magia,
y ahora era yo como el padre
de mi niña bienamada.
Tú, mamá,
mi niña grande
tan dulce y desamparada,
tan frágil y desvalida,
tantas veces desahuciada.
Desde que te fuiste, madre,
van pasando temporadas
del Cuéntame y nunca más
de verla he tenido ganas.
Ya no le encuentro el sentido,
sin ti no me cuenta nada;
y es que al fin me he dado cuenta
que eras tú quien me contaba.
Con tu inefable presencia,
con tu amena y grata plática,
con tu luz, con tu bondad,
con tu apacible mirada.
Sigue contándome,
madre,
desde donde ahora te hallas,
que me parece escucharte
cuando contemplo esa estampa.
En la que te ves tan bella,
tan joven y tan lozana,
que dan ganas de cantarte
bien alto el Tres Veces Guapa.
Cuéntame cómo
pasó,
adónde se fue mi infancia,
dónde los años felices
de nuestra familia Alcántara.
¿Qué fue
de nuestros anhelos
después de que naufragaran?
¿Qué extraños moran ahora
en la que fue nuestra casa?
En este Día
de la Madre
rememoro las veladas
que disfrutábamos juntos
una noche por semana.
Vendrán jueves por
la noche
y viernes por la mañana,
y el Cuéntame seguirá
contando cosas pasadas.
Mas no lo veré contigo
mirándolo embelesada;
jamás volveré a arroparte
con arrobo entre tus sábanas.
¡Qué ternura
recordarlo,
qué dolor y qué añoranza!
¡Cuán presente aquel pasado
que por siempre me acompaña!
Sigue contándome,
madre,
desde donde ahora te hallas,
que yo te sigo contando
por si acaso me escucharas.
Juan
Cánovas Ortega
Mayo de 2022
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