Felicitación
de aguinaldo 2020 |
Felices Fiestas, audiencia
feisbukera e internauta
un año más os desea
este juglar cibernauta.
Que os aproveche la almendra,
el polvorón y el champaña
(¡y ojito con la listeria
si zampáis carne mechada!).
El diecinueve
nos deja
elecciones a mansalva,
consultas mil en Zarzuela
e investiduras frustradas.
Pedro Sánchez que
se aferra
al poder como una lapa
y al clavo ardiendo de Esquerra
que se lo toma con calma.
Y si antes vetaba a Iglesias
y hasta el sueño le quitaba
el número de carteras
de la formación morada.
Ahora duerme a pierna suelta
y mete a Pablo en su cama.
(¡¿Se puede tener más jeta,
por más que la tenga guapa?!).
Y qué decir de Ribera
-la gran esperanza blanca-
que pudo marcar la agenda
y cogobernar España.
Con la vía de
ciento ochenta
(¡la otra no cuela, Arrimadas!)
cuando cuadraban las cuentas
la primavera pasada.
Mas se obcecó en
su quimera
-claramente desnortada-
de liderar la derecha
y ya no lidera nada.
Dio al traste con su carrera,
dejó a su partido en bragas
y tan menguado de fuerzas
que raya en la irrelevancia.
(Y es que a buenas
horas llegan
por fin las mangas naranjas,
con el Pesoe estando a expensas
-¡esta vez sí!- de La Banda.)
Ya se frota Pablo Iglesias
las manos desde su dacha
y los indepes babean
con triunfos que ni soñaban.
Crece la extrema derecha
como nadie se esperaba
y sus voceros voxean
a golpe de charlotadas.
Y entretanto, siempre a
vueltas
con la cuestión catalana,
para camelarse a Esquerra
cambia Sánchez de semántica.
La crisis de convivencia
-tan repetida en campaña-
ya nadie en Ferraz la mienta,
que Rufián se les enfada.
Y resurge la entelequia
plurinacional de España.
¿Cuántas naciones la integran?
Adivina, adivinanza.
Ocho le salen a Iceta;
puestos a trinchar el mapa,
yo propongo que en la cuenta
incluyan también Tabarnia.
Y el cantón de Cartagena
y hasta los reinos de taifas,
el bloque de mi escalera
y el rellano de mi casa.
En cuanto a la marioneta
(¡ese mártir de la causa!)
que Puigdemont desde Bélgica
mueve con mando a distancia.
Por una desobediencia
respecto a aquella pancarta
que al final cambió de lema
y devino en patochada.
Lo inhabilitan y el menda:
que de eso nada, monada,
que a él ningún juez lo licencia
ni lo manda para casa.
Que por soltar flatulencias
gaseosas y de palabra
e irse a cortar carreteras
se cobra una pasta gansa.
Teniendo esta Presidencia
y con este panorama,
la respuesta a la sentencia
del procés pintaba aciaga.
Y apareció la violencia,
llegaron las hordas bárbaras,
airados antisistema
con las caras embozadas.
Casi una semana entera
ardió Barcelona en llamas;
parasoles, jardineras
sirvieron de barricadas.
Lluvia de vallas y piedras
contra los Mossos d’Esquadra;
contenedores a espuertas
crepitando en las fogatas.
Los indepes pata
negra,
sus huestes más exaltadas
impartiendo en las hogueras
cursos de guerrilla urbana.
A este aquelarre-verbena
sólo le faltó la traca
de algún muerto en las refriegas:
¡y a fe mía que lo buscaban!
Esto no tiene defensa
y no hay excusa que valga
y aquel que no lo condena
es que en el fondo lo ampara.
Si no gusta una sentencia
es lícito criticarla
sin tener por qué emprenderla
con la policía a trompadas.
La de la Unión Europea
-que tanto revuelo causa-
sobre el caso de Junqueras
tiene, por cierto, su guasa.
Ahora cualquier calavera
que haga una barrabasada,
se da el piro hacia Bruselas,
se presenta a la Eurocámara.
Y si le vota la peña
tiene inmunidad el bandarra,
sueldazo, miel sobre hojuelas
y aquí no ha pasado nada.
Para más inri -¡es
la pera!-
pudiera darse la chamba
de que Oriol siga en la trena
por quedarse y dar la cara.
Y los que huyeron por piernas
puedan campar a sus anchas
sin miedo a que los detengan,
tan ricamente y en Jauja.
Va acabando esta monserga,
que ya he dado asaz la lata
(aunque no es fácil, colegas,
dar en verso la tabarra).
Feliz Noche Buena y Vieja
y eufóricas campanadas;
si hacéis el belén: que sea
menos cutre que el de Ada.
Y que el dos mil veinte
venga
preñado de luz y magia
y reparta a manos llenas
salud, amor y bonanza.
Felices Fiestas, audiencia
feisbukera e internauta
este juglar os desea
con esta trova aguinalda.
Juan
Cánovas Ortega
Diciembre
de 2019
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