Felicitación
de aguinaldo 2017 |
Felices Fiestas, audiencia
y estimados seguidores,
que os aprovechen las neulas,
(mas no las pleocupaciones).
La manduca navideña:
mantecados y alfajores,
el mazapán y la almendra,
el cava y los polvorones.
Ese Almendro que
regresa
(debe ser que estaba en Londres
y se le acabó la beca
Erasmus de los turrones).
Dos mil dieciséis
nos deja
con empacho de elecciones
y gobernanza pepera
tras casi un año en funciones.
Las Black, Granados,
Correa,
Gürtel, Púnica, El Bigotes,
el pitufeo de Valencia
y El Yonqui de los millones.
Los Pujol con sus herencias
y blanqueo de comisiones
(todo envuelto en la señera
y al son de Los Segadores).
Los ERE que ERE
y sus tretas,
sus tramposas transacciones;
los papeles de Fonseca
con su ristra de evasores.
Esto parece la cueva
de los cuarenta ladrones
(¡aunque son más de cuarenta
los de estos Mil y un derroches!)
Y por si estas corruptelas
fueran pocas o menores,
se han sumado a la verbena
deportistas de renombre.
Y anda la jet
futbolera
pringada en turbias gestiones
por querer meterle a Hacienda
por la escuadra algunos goles.
(La Pulga y su
parentela,
Mendes y sus jugadores,
el figura de Madeira
y otros ilustres jugones.)
No me cabe en la cabeza
-debe ser porque soy pobre-
la codicia de estos jetas
que pasan por ser prohombres.
Ni en cien vidas que viviera,
ni en mil años, ni en eones
sabría en qué gastar las perras
que ellos ganan en dos trotes.
Fuera de España
la escena
no tiene visos mejores,
con el Brexit y el hortera
de Donald Trump dando coces.
La Desunión
Europea
que no sabe, no responde;
los refugiados en Grecia
hacinados a montones.
Los Men in Black
de Bruselas
(¡qué pelmas los de las coles!)
a vueltas con sus recetas
en ajustes y en recortes.
Y entretanto, concurrencia,
a ornar con espumillones
el abeto y con cenefas
luminosas los balcones.
Los belenes con estrellas
y camellos y pastores
y jesusitos y acequias
y bombillas de colores.
Como a Carmina, la abuela,
tal vez El Gordo nos toque
un día antes y la peña
un Good Bye, Lenin! nos monte.
Tal como están las
fronteras
por esta parte del orbe
quizás vengan en patera
Los Tres Magos con sus cofres.
Que en Lesbos no los retengan,
que a Turquía no los deporten
ni les confisquen la merca
de juguetes e ilusiones.
Que venga la Nochebuena
y que sea buena la noche,
y llegue la Nochevieja
con sus uvas a las doce.
A ver si el año
que entra
nos es pródigo en amores,
en salud y suerte a espuertas
y en monis a trochemoche.
A cambio de esta monserga,
de estos ripios (¡ciento doce!)
no voy a pediros prendas
ni aguinaldos carranclones.
Alguna loa -si es sincera-
y que os hagáis seguidores
de mis cuitas feisbukeras
y me echéis algunas flores.
Y, aunque el halago alimenta
y alegra los corazones:
algún encargo, colegas,
¡que este bardo también come!
Y hasta aquí la
cantinela
de este año, ñoras, ñores,
que Juan Cánovas Ortega
os brinda en estos renglones.
Felices Fiestas, audiencia,
y estimados seguidores,
que os aprovechen las neulas
(mas no las pleocupaciones).
Diciembre de
2016
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