Un soneto es muy corto para glosar tu paso
de más de dos decenios por la Universidad,
mejor sería legar a la posteridad
un buen cantar de gesta o una epopeya acaso.

Porque, estimada Concha, tu caso colma el vaso,
y ya firmarían muchos por llegar a tu edad
con el mismo entusiasmo y esa vitalidad
que para sí quisieran las alas de Pegaso.

Jubílate con júbilo, madre caminadora,
inquisidora eterna de jergas chabacanas,
que te has ganado a pulso descanso y regodeo.

Mantente siempre así: fuerte, batalladora
y no pierdas jamás las ganas de jarana
que empieza para ti tu santo jubileo.