I
De todos es sabido que
éste que se las pira
soñó siempre con ser un muchacho excedente,
dejar de ser hormiga, atreverse a atreverse
a ser cigarra un tiempo aunque fuera utopía.
De todos es sabido que
éste que de aquí emigra
no canta mal del todo y hasta es algo ocurrente
y gracias a los cuentos que su cabeza invente
tal vez logre vivir del cuento y sobreviva.
No sé si a esta
vejez le convendrán viruelas
ni si este perro flaco aguantará más pulgas;
ni tan siquiera sé si alcanzarán las pelas.
Mas sólo sé
que encuentra aquél que arriesga y busca,
que no existen más sueños que el que ahora nos desvela
y que valdrá la pena por fin salir de dudas.
II
De vosotros me llevo lo
que nunca me disteis,
no abomino de nadie, de nada me arrepiento,
realicé mi trabajo sin grandes aspavientos
y mi mayor soberbia fue querer ser humilde.
Fui el amigo de todos dentro
de lo posible
pues está en mi carácter buscar puntos de encuentro,
fui poeta y payaso y mediador de entuertos
y procuré alejarme de diretes y dimes.
Los que os hayáis
quedado con ganas de algún verso
porque nunca os fuisteis ni tuvisteis progenie
habréis de conformaros con estos dos sonetos.
No os pienso echar en falta
más de lo conveniente
y aunque aspiro a legaros un buen recuerdo al menos,
sólo resta deciros: ¡adiós y buena suerte!
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